Estamos muy acostumbrados a escuchar hablar
de los trastornos de la alimentación haciendo referencia a la obesidad, la
bulimia y la anorexia (ver artículo: "Anorexia y Bulimia: la
mirada de una nutricionista"); pero hay muchos otros que caen en la
denominación de TANE (Trastornos Alimentarios No Especificados). Entre los TANE
encontramos la ortorexia (ver artículo “Ortorexia: La obsesión por la comida sana”), los comedores compulsivos, la pica
(consumo persistente y compulsivo de substancias no alimentarias o con poco
valor nutritivo, por ejemplo: pagofagia –hielo-, geofagia –tierra-, tricofagia
–pelo-, entre otras) y la potomanía.
La palabra “potomanía” proviene del griego
"potoç” (bebida, agua potable) y “µavia” (manía). Podríamos decir que es
“la manía o compulsión por beber agua”. Esto se hace compulsivamente, sin
tener sed y la persona experimenta una sensación de placer al consumirla. Se
pueden llegar a beber 8-10 y hasta 15 litros de agua diarios, dependiendo la
gravedad del caso.
Ahora bien, si nuestro cuerpo tiene un
60-70% de agua y siempre los nutricionistas insisten en tomar agua, ¿hay un
límite saludable?, ¿por qué hace mal? Intentaré irlo explicando a lo largo de
este artículo.
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