Sí,
pero el tratamiento variará de acuerdo a la causa de la potomanía.
Inicialmente, algunos casos son tratado con diuréticos a fin de evitar la
hiponatremia. Pero esto es paliativo, sólo ataca al síntoma, no a la causa.
En el
caso que haya sido ocasionado por algún medicamento, deberá evaluarse la
posibilidad de reemplazo por otro tipo de droga.
Si es
un trastorno psiquiátrico requerirá medicación y terapia. Otras causas
dependerán del médico especialista y del equipo interdisciplinario (médicos
clínicos, psicólogos, nutricionistas y médicos especialistas).
El consumo excesivo de agua puede ser síntoma
de un desequilibrio psiquiátrico, ya que tiene aspectos en común con otros
trastornos del control de los impulsos. Se trata de un trastorno relativamente
desconocido que consiste en un deseo frecuente de beber gran cantidad de
líquido, de manera compulsiva y sin sentir en especial sed, que se acompaña al
ser satisfecho de una sensación placentera.
Beber siete o más litros de agua al día se convierte en un problema que
precisa atención especializada Cuando una persona es consciente de que bebe demasiada
agua, alrededor de siete o más litros al día, debe acudir al especialista en
endocrinología con el fin de descartar cualquier trastorno hormonal u otra
patología que afecte al área del hipotálamo, lugar donde se encuentra el centro
que regula la sed.
El hecho de beber cantidades exageradas de
agua u otros líquidos no suele causar hiperhidratación, siempre que la
hipófisis, los riñones y el corazón funcionen con normalidad, ya que el
organismo elimina el exceso. No obstante, y como consecuencia de episodios
repetidos y mantenidos de potomanía, se puede alterar el buen funcionamiento de
los riñones, la composición de la sangre y el equilibrio de fluidos y
electrolitos dentro del organismo.
El exceso de líquidos puede ocasionar que los
componentes de la sangre se diluyan y se produzca un desequilibrio en la
concentración de electrolitos. La hiponatremia es una consecuencia grave que
puede aparecer en caso de potomanía y consiste en que el organismo concentra
una cantidad muy baja de sodio en la sangre (inferior a 120 mEq/l). La
hiponatremia grave impide el funcionamiento normal del cerebro, los músculos,
los órganos y el metabolismo. El resultado puede provocar nauseas, cefaleas,
letargia, convulsiones y coma.
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